Cristina Kirchner habló en el Primer Foro de Pensamiento Crítico organizado por CLACSO. Allí dijo muchas cosas, algunas motivo de discusión posterior en redes. Lo que sigue no es un análisis de la totalidad del discurso, sino una reflexión sobre algunas de sus líneas.
Cristina habló del neoliberalismo como un proyecto político del capitalismo, que con el discurso meritocrático reconfiguró las ideas de individuo e igualdad. Frente a esto, propone dejar dejar de lado las categorías de izquierda y derecha –propias de la modernidad– y poner en el centro la categoría de pueblo. Los clivajes actuales no son los mismos del siglo XX. El neoliberalismo le habla al individuo del siglo XXI con un lenguaje contemporáneo mientras que muchos de los proyectos que se reivindican progresistas, nacional populares, de izquierda, reproducen discursos de otro tiempo. Le hablan a un sujeto que ya no existe.
La tercera revolución industrial modificó la fisonomía tradicional del movimiento obrero y sus lazos de solidaridad por la individualización y la segmentación del trabajo. En cuanto a la individualización, porque se apaciguaron los antiguos vínculos de solidaridad y conciencia: una nueva movilidad afectó la vida de las personas, ambientes sociales enteros experimentaron cambios, la administración del trabajo se alteró. Con respecto a las segmentaciones, se transformó la vieja identificación de clase: los trabajadores se dividieron cada vez más en subclases, aparecieron nuevas formas de organización productiva y el avance tecnológico separó a los trabajadores en ramas más especializadas.
“El neoliberalismo le habla al individuo del siglo XXI con un lenguaje contemporáneo mientras que muchos de los proyectos que se reivindican progresistas, nacional populares, de izquierda, reproducen discursos de otro tiempo. Le hablan a un sujeto que ya no existe”
Esto impactó en el peronismo: ya no tiene una sola clase a la cual representar. Para Rodrigo Zarazaga, existe una fragmentación en su base social. Hoy, un trabajador formal industrial puede ser considerado de una clase distinta a la de un trabajador de la economía popular. Ambos son trabajadores, pero tienen identificaciones, consumos y modos de vida muy diferentes. Esta mutación de la histórica clase obrera por los cambios tecnológicos, de consumo y comunicativos que se experimentaron en estos primeros años del siglo XXI, es lo que nos obliga a repensar las categorías para actualizar la estrategia del campo popular. El foro de CLACSO gira en torno a estos cuestionamientos.
Para Cristina el nuevo clivaje se organiza en torno a los modelos de desarrollo: por eso es pueblo o neoliberalismo. De modo laclosiano establece un nosotros frente a una otredad actualizada: el pueblo se conforma por todos aquellos que son perjudicados por un modelo político, económico y social productor de sentido. De este modo se busca acercar a aquella base social fragmentada por las políticas neoliberales –y que los gobiernos populares no pudieron representar en su totalidad por sus propias limitaciones–. El peronismo no sutura la fragmentación de su base social, sino el propio modelo neoliberal.
Por esa razón el peronismo debe trabajar sobre ese sentido común –como sostiene Álvaro García Linera– y armonizar en una misma categoría de pueblo a los diferentes sectores. Debe capitalizar lo que provoca este modelo, ser astuto y volver a representar al pueblo ampliado. En ese sentido fue la afirmación de Cristina de los pañuelos verdes y celestes, y de la gente que reza y la que no. La política es persuadir y consensuar: encontrar puntos medios para acercar a quienes piensan en sintonía. Convencer con esfuerzo, no solo con discurso. No bajar las banderas y las convicciones, sino tensionarlas para construir una mayoría que acuerde los grandes lineamientos de un modelo de desarrollo alternativo al neoliberalismo. Macri dejó de representar el discurso de la esperanza. Cambiemos gobierna efectivamente y debe ser el peronismo el que encuentre las nuevas grietas. Debe dar la disputa desde una nueva lógica: la calle, las instituciones y las redes.
“El peronismo no sutura la fragmentación de su base social, sino el propio modelo neoliberal”
El purismo ideológico, gran valor para algunos sectores, se trata en realidad de algo tan individualista como el pensamiento de derecha: importa la conciencia tranquila, se prioriza lo individual por sobre lo colectivo. Es parte de un sentido común conservador que atraviesa a la sociedad. Juntarse con los que piensan parecido a uno es una actitud más de secta que de una construcción política. Cuando no falta el plato de comida, cuando no se pierde el laburo o cuando se puede llegar a fin de mes, se puede dar el lujo de “no transar nunca”, de ser inflexible en las alianzas políticas.
Por eso el desafío de la época es desprenderse de ese sentido común conservador. Romper con el individualismo y promover lo colectivo. Cuando se asume que las categorías de derecha e izquierda no dan cuenta de la realidad, cobra sentido la necesidad de una construcción política de carácter popular. Esa es la única manera de enfrentar tanta concentración de poder: ampliar las bases, representar al pueblo en su conjunto y construir un frente patriótico para desarrollar un modelo que favorezca a las mayorías. La tarea es urgente.
Clara concepción de lo que se debe hacer desde la pólitica enfrentar este modelo de hambre y miseria!!