Un House of Cards con pies de barro

| Café con periodistas

Desde hace un tiempo, Diego Genoud devino, en la evolución tradicional del periodismo, una “firma”: uno de esos que-hay-que-leer y que imponen su voz y su perspectiva aun en un universo periodístico tan precarizado que los viejos popes se convirtieron en colaboradores y las antiguas redacciones en nebulosas hechas de trabajadores flexibilizados que, ahora más que nunca, deben construir su camino. Ya sea en Letra P, Crisis o El Canciller –donde además de sus columnas semanales ofrece un newsletter diario, a la manera de una suerte de diario íntimo de los días macristas–, Genoud supo confirmarse como uno de los analistas más atentos de la Argentina actual y una de las “firmas” más leídas por todo el arco político. En un café de Chacarita nos juntamos con él para conversar sobre el declive macrista de 2018, la deuda como pies de barro del gigante cambiemita, las internas dentro de la alianza gobernante, el famoso techo de Cristina Fernández de Kirchner, las dudas de los gobernadores y la caída de Ricardo Lorenzetti, de la cual Genoud ve una metáfora de una Argentina política más preocupada por los juegos de poder alla House of Cards que por cuidar los votos que sostienen su territorio.

 

¿Qué creés que llevó al gobierno a este presente de incertidumbre?

Una serie de factores, pero creo que lo principal es que minimizaron los riesgos de vivir de la deuda, que es el reverso oculto del gradualismo. Parte de ese desprecio por la historia que tiene el macrismo está ahí: eso de creerse efectivamente lo nuevo, el cambio cultural, los llevó a minimizar esa posibilidad. Creo que ese es el problema principal porque para mí en lo político, aún hoy, el macrismo está aceitado. Los gobernadores están peleados en tres grupos, no saben bien para dónde ir, si asociarse al ajuste, si endurecerse. El problema es que el gigante de Cambiemos tenía pies de barro con la deuda. Y hasta ahí llegaron por cierta soberbia, por no percibirse como inquilinos del poder, por creer ingenuamente en una lluvia de inversiones que terminó por volverlos rehenes de la deuda.

 

¿Y esa soberbia la condensa Marcos Peña? ¿Lo ves a Peña, como se lo señaló últimamente, como la suma de todos los males, como el responsable principal de la crisis?

No. Los tipos se equivocaron y tuvieron, además, esa ambición desmedida de –al mismo tiempo que eran un gigante con pies de barro desde el punto de vista económico– querer desplazar al peronismo en el conurbano. Lo que en un punto es una estrategia inteligente, pero con el problema de que no es sólida. Si uno hace la cuenta, como la hacen en el gobierno, de todos los beneficios sociales que dio el macrismo apenas asumió, azuzado por el fantasma de la gobernabilidad y que sé yo, el número es importante. Al mismo tiempo que echan gente del Estado o se cierran fábricas o meten el tarifazo, ponen guita abajo, para los jubilados, para los planes sociales. Toda una batería de medidas que se da apuntando no solo a contener el desborde, sino también a decir “nosotros somos una realidad que va a permanecer en el tiempo y así como ganamos la Ciudad en todo el sur, también vamos a ganar el conurbano”.

 

Eso repercute en el redibujo del gabinete, donde Carolina Stanley aparece como una de las ganadoras.

La principal diferencia con el 2001 quizás sea esa: el macrismo mantuvo y amplificó la cantidad de guita que a partir del 2002 se puso abajo. Ahora con la inflación se va licuando y no alcanza, pero no es que no hay nada. En algún punto, las dos caras de los dispositivos del macrismo en la crisis son Stanley y Bullrich. Lo de Bullrich es el verdugueo, la muerte de los pibes, pero me parece que es una cosa complementaria, la represión por si falla lo otro. A los ojos de Macri es un activo ese rencor de Bullrich por los que hicieron volar por los aires el experimento de la Alianza, y obviamente el pensamiento de ella es muy parecido al de Macri en ese sentido. Pero me parece que es más por abajo la fortaleza del macrismo. ¿Cómo se explica que la crisis no detone con un nivel de violencia más grande?

 

El 2001 se volvió en el curso de estos meses una alusión recurrente para graficar el momento de debilidad del gobierno. ¿No se está matando a Cambiemos antes de tiempo?

Si, puede ser. Igualmente para mí el dato más importante es que el tiempo que falta juega en contra de Cambiemos.

 

¿Por qué?

Porque no veo que tengan herramientas para revertir esta situación, al contrario. La recesión es más larga, las contraindicaciones de la devaluación forzosa son mayores. La recesión empezó en abril en algunos sectores y muchas consultoras la extienden hasta abril del año que viene. Es una temporada de desierto muy larga, que no sé si la revertís con crédito barato y obra pública, que no sé de dónde la van a sacar porque están comprometidos al “déficit cero”. Todo es mucho peor de lo que Cambiemos imaginaba. Se hablaba de que el gobierno iba a pedir un waiver, un perdón al FMI, pero no a los dos meses. Yo pensé que lo iba a pedir el año que viene, para decir “bueno, que el Fondo me banque porque voy a hacer tres meses campaña”, y ahí meter crédito barato, subsidio, obra pública. Pero ahora ya están muy complicados. Evidentemente es una decisión estratégica del FMI respaldar a Macri. ¿Pero cuáles son los elementos de recuperación? Tasa del 60%, quemando reservas todo el tiempo para frenar el dólar, un círculo rojo que no banca al presidente, crisis de cambio, toda la dinámica es explosiva. Macri está con el Fondo y con su base social y nada más. Vos decis “¿no se lo subestima?”. Sí, se subestima el 25 o 30% que tiene Macri. Después, fortaleza o capacidad de vender esperanza no hay.

 

En El Círculo Rojo dijiste que uno de los problemas del gobierno es que está conformado como un puzzle por distintos estratos de las clases dominantes que lo llevan para distintos lados.

Yo lo que creo es que, si mirás la alianza Cambiemos, Macri es minoría. Son los que gobiernan pero nadie piensa como ellos. Vidal, Larreta, Monzó, Sanz y los radicales no están de acuerdo con este esquema de atarse al Fondo, de enfriar la economía, déficit cero, sin acuerdo político. Eso es Macri, y Peña que lo escolta. Del 2001 surgieron el kirchnerismo y el macrismo. Sin el 2001 lo lógico sería un partido de ese centro que incluye a Frigerio, Monzó, Vidal, Larreta, Pichetto y hasta Massa quizá. Todo eso es una dirigencia que no tiene votos, una parte está asociada a la deriva de Cambiemos y trata de frenarlo pero tiene otro modelo que no es el kirchnerismo, por lo menos el que fue, no sabemos cómo va a ser si vuelve.

“Si el círculo rojo pudiera armar el equipo, Macri estaría afuera”

¿Pero ese espacio dentro de la alianza Cambiemos puede tener vida propia o está atado a la suerte de Macri?

Está atado hasta la puerta del cementerio. No me parece que Larreta, salvo que lo pongan de jefe de gabinete, en un ajuste furioso, se vaya a morir con el ensayo de Macri. Tampoco Frigerio. Pero hoy lo que veo es que hay una dirigencia de centro que no tiene los votos porque van para los dos polos.

 

La famosa avenida del medio

Que se deshilachó. Si ponés a Massa con Frigerio van a tener muchos acuerdos, más allá de la disputa de poder. Todo ese sector, ese peronismo, llamémosle como se quiera llamar, está hoy con Macri porque expresó algo, fue el catalizador. Y el círculo rojo también quisiera tener ese frente, si pudiera armar el equipo Macri estaría afuera. Todo ese seleccionado son actores secundarios en la alianza de Cambiemos que, cuando todo iba bien, estaban en la suya. No les importaba porque mientras Peña y Durán Barba ganaban elecciones, Larreta estaba en el maxikiosco de la Ciudad. Pero ahora están viendo esto y es bastante peligroso. Por eso están haciendo horas extras para proteger sus distritos y para tejer alianzas con el peronismo.

 

Ese peronismo “blanco” que apuesta a sumar desencantados de Cambiemos el año que viene

Sí, siempre existió. Desde la crisis con el campo ya Clarín, por decirte un nombre propio, hablaba de Solá, de Reutemann, antes de Duhalde. Siempre se buscó, ahora puede ser Lavagna. No estoy haciendo juicio de valor.

 

Una figura de centro que pueda garantizar gobernabilidad.

Eso.

 

¿Y hoy eso lo ves posible?

Hoy no está. Por eso la polarización es un juego muy riesgoso para el círculo rojo. ¿El peor Macri quiere competir con Cristina? Está bien, le pegan los cuadernos y cada vez es más imponente el operativo de imágenes sobre el pasado, pero ella está afuera hoy, le están pegando con lo que hizo cuando gobernó, con lo que hizo Néstor, con lo que hizo De Vido. Y hoy, ¿por qué la estás criticando? Porque todos los días Macri construye su propio techo. Una confrontación del peor Macri con una Cristina a la que le pueden pegar pero hoy no se equivoca, porque está expectante en lugar de armar su tropa, es riesgoso. Los grupos de poder no sé si acompañan esa apuesta a todo o nada con Cristina en este panorama. En otro momento era la garantía de que el peronismo iba dividido pero vos ves hoy que el peronismo no tiene nada. O sea, Massa es el que más tiene, según me dicen 10 o 15 puntos. Cristina tiene el doble o más.

 

¿La cercanía de Cristina con Grabois y con Hugo Moyano no delinean un armado político?

Si, es un armado. Lo que veo en Cristina como actitud novedosa, que un poco se ensayó en 2017, es la disposición a volver a abrir las puertas con su equipo, que sigue siendo poca gente, según lo que sé. Le falta reunirse con empresarios, el día que lo haga toma otra carnadura, con esta deriva de Macri. El pulso de la política va cambiando de una semana a la otra, pero lo que se ve, hablando con gente del peronismo, es que Cristina está firme en sus 30 puntos, que pueden ser más. El techo ya no es tan techo.

 

Está fuerte en el conurbano.

¿Puede perder? Si, puede perder. Pero, ¿por qué los otros pueden ganar? No entiendo cuando dicen “Cristina es la única que puede perder con Macri”. ¿Por qué? Genera mucho rechazo, sí. Pero tiene 30 puntos de intención de voto y los demás tienen 2 o 4. Además, no es el mismo rechazo ahora que el que generaba en 2015.

 

¿La oposición está en condiciones de aprovechar esta coyuntura?

Hay que ver para dónde va el peronismo. Vos ves los gobernadores y son tres grupos. El gobierno lo dice: una cosa son los viejos, Verna, Alberto Rodríguez Saá, la propia Alicia Kirchner e Insfran, moldeados en una cultura política, y otra cosa es la nueva generación, que piensa todo como Cambiemos: Peppo, Uñac, Urtubey, Bordet. Ahora bien, hace seis meses había dos gobernadores opositores. Hoy son doce. Eso te habla de la crisis. Todos esos sectores que tenían más dudas se van alejando del gobierno porque lo ven mal. Por más que ahora vemos la foto, la verdad es que antes eran Alicia y Alberto, y ahora se sumó Rosana Bertone y Gerardo Zamora que dice “Macri me está haciendo peronista”. A eso sumale a Insfrán y a Mariano Arcioni, que tiene una Chubut incendiada. Frente a todas las dudas, Cristina tiene una fortaleza muy grande. Ves las encuestas y Cristina encarna la oposición. Baglini dice que por primera vez el peronismo replica a nivel nacional lo que pasaba en Río Negro y hay cuatro peronismos. Lo que pasa es que yo no sé si eso se mantiene así hasta 2019.

 

¿Varios peronismos?

Claro, ni siquiera veo que Pichetto esté absolutamente cerrado a unas PASO sin Cristina. Él no quiere que lo vuelva a conducir Cristina, como no quiere ningún gobernador. Pero también todos ven que sin ella no pueden hacer nada.

“Macri está con el Fondo y con su base social y nada más. Vos decis “¿no se lo subestima?”. Sí, se subestima el 25 o 30% que tiene Macri. Después, fortaleza o capacidad de vender esperanza no hay”

El riesgo de ir con una lista por fuera para que no los conduzca Cristina puede hacer que se repita la experiencia de Randazzo, que terminó sacando cinco puntos.

Pierden todos. Está bien lo que dice Marcelo Leiras, que está en el Grupo Fragata: “una jefa que te llevó a tres derrotas no puede seguir siendo jefa”. Es cierto. Ahora bien, no aparece otra cosa y a nivel social hay un consenso de que si vamos a perder otra vez, que sea con Cristina.

 

¿Eso no es un poco lo que dicen los intendentes del conurbano?

Puede ser. Me da la impresión de que gente que no soportaba más a Cristina ve a Macri y recapacita. Si Massa no encuentra ahí un esquema… Hoy la CGT, por ejemplo, propone unas PASO con Pichetto, Solá, Rossi y Urtubey. La reunión de Solá con Pichetto es muy importante. ¿Quiere decir algo eso? Por ahí si, Cambiemos en crisis, escupiendo sangre todos los días potencia esa unidad. Por ahí me equivoco y el macrismo tiene capacidad, pero no lo veo a Massa esperando cuatro años más. ¿Massa siendo candidato en una interna con Urtubey por cinco puntos más pudiendo ir a pelear los votos del kirchnerismo?

 

¿Cómo ves en este contexto la salida de Lorenzetti de la presidencia de la Corte Suprema?

Se descuidó. El territorio de Lorenzetti son cinco votos. Después es cierto, Bonadio lo quiere, el periodismo lo quiere, el Papa lo recibió. Pero lo que importan son esos cinco votos.

 

En un momento de debilidad del gobierno un juez nominado por el macrismo queda en la línea de sucesión.

Rosenkrantz es un juez que sintoniza bien con el modelo de un macrismo pujante, pero excede al Grupo Clarín. Es un jurista para el país empresario, un tipo para alumbrar un país en el cual el macrismo, si le va bien al final de todo esto, va a ser una transición muy defectuosa. Para un gobierno en el mismo sentido que este macrismo que vemos, pero más en serio, si es que viniera, Rosenkrantz va perfecto. En ese sentido, el gobierno lo pudo haber impulsado pero me parece que lo que pasó es que se confió Lorenzetti. Iba por la quinta reelección y se enfrascó en una pelea con Rosatti, que era el que lo desafiaba, y no se dio cuenta de que Rosenkrantz, según dicen, siempre manifestó voluntad de ser. Lorenzetti se durmió y perdió la lealtad de Highton. De cinco votos sacó uno Si lo ves es como una imagen medio dislocada, porque sintonizaría más con un macrismo avasallador… En un momento de fragilidad, la Corte cambió hacia un modelo más empresario, de menos rosca política. Pero Lorenzetti se quería quedar, de hecho por eso se aferra al último peldaño de poder que le queda.

 

Descuidó su territorio.

Los medios le escribían el diario de Yrigoyen. Las encuestas que circulan dicen que la Justicia está muy desprestigiada, y él es su cabeza desde hace once años. Entonces, ¿a quién culpás? Me parece interesante para pensar la política lo que le paso a Lorenzetti.

 

¿En qué sentido?

En que no podés descuidar tu base de legitimidad. Obviamente es un choque de poder y de correlación de fuerzas y hay intereses cruzados pero él necesitaba los cinco votos para seguir y no los tuvo. Después está la embajada de Estados Unidos, Rosenkrantz, Clarín, el recelo del kirchnerismo, Carrió… Está bien, pero con cinco votos le alcanzaba para seguir como lo hizo durante once años.

 

Una metáfora de una dirigencia más enfrascada en los juegos de poder, en la lógica House of Cards, mientras descuida los votos.

Me parece que sí. El tipo perdió a Highton, que era su socia. Creo que estaba medio planteado el recambio de entrada, pero con su muñeca política podía gobernar eso. Habla mal de Lorenzetti que el macrismo más débil lo saque de la cancha.

104 Shares

Last modified: 10 junio, 2019

Previous Story

Café con periodistas

Turbulencia en el principado bonaerense

Una charla con Carlos Marino, director de Letra P....

Next Story

Café con periodistas

¿Adónde vas 2019?

Pablo Ibañez, el etnólogo de los #peronismos, analiza los mil y un escenarios posibles de este año...

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *